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Las pinzas para injertar tomates facilitan en gran manera la realización de injertos, también conocidos como microcirugía vegetal. Esta técnica consiste en colocar un fragmento de una planta en el tallo de otra para lograr que brote. Para conseguirlo hay que unirlos cuidadosamente y lograr que se mantengan sujetos pero sin presionar demasiado el tallo para que la savia circule con normalidad.

Las pinzas para injertar tomates están pensadas para que sujeten con eficacia el brote al tallo de la planta pero sin ejercer demasiada presión. Así, las posibilidades de que el injerto sea exitoso son mucho mayores.

Pinzas-para-injertar-tomates

¿Por qué se realizan injertos?

Las ventajas de realizar esta técnica mediante pinzas para injertar tomates son muchas. Para empezar, permite que crezca una variedad de tomate híbrida sin necesidad de semillas.

También favorece el crecimiento de aquellas variedades de la planta que son más delicadas y que necesitan de un tallo fuerte que sea mucho más resistente a cualquier tipo de plaga o problemas del suelo. Al injertarse en un tallo que ha demostrado capacidad de resistencia se multiplican sus posibilidades de crecer con éxito.

Gracias a esta técnica se pueden conseguir nuevas variedades de tomates mucho más productivas, más sabrosas o con características que los hacen más resistentes a cualquier problema.

Injertos con pinzas, una técnica más avanzada

Los injertos se han realizado desde siempre por parte de los agricultores y se conocen casos documentados incluso del primer milenio antes de Cristo. De esta manera, los agricultores se garantizaban el crecimiento de especies vegetales en suelos que no les eran, en principio, propicios.

Hay diferentes técnicas para realizarlos, normalmente realizando cortes en el tallo receptor y en la rama a injertar de modo que encajen perfectamente. Se les puede ayudar con un cordón o incluso con cintas adhesivas especiales de algodón o cera de abeja.

Estos métodos son muy adecuados para ramas de madera, como las de los árboles frutales, pero no son las adecuadas en tallos y ramas tan finos como los de las plantas tomateras que es imposible encajar de esta forma y que se sostengan.

Las pinzas para injertar tomates han conseguido mantener unido tallo y rama de una manera eficaz para que se produzca la soldadura de la planta y además conseguirlo de manera rápida, sin tener que emplear demasiado tiempo en realizar ataduras ni cálculos para saber cuánto habría que apretarlas.